3 jun 2010

Ser o no ser

"Ser o no ser, ésta es la cuestión". ¿Os suena?. No hace falta haber leído a Shakespeare o ni siquiera haber oído hablar de él. Esta pregunta que significa tanto para nuestra personalidad, se plantea una vez tras otra en nuestra cabeza, a veces con más frecuencia de la que desearíamos. La grandeza de esta frase no se contiene en su significado puramente sintáctico. Sino en la implicación que trae el verbo SER. A estas alturas del texto sabréis a qué me refiero. Y la implicación de la que hablo. La cuestión es ser uno mismo ante la adversidad, los problemas, el destino o como queráis llamarlo. Pero sobre todo ante las corrientes de nuestra sociedad. El "dejarse llevar" es una de las enfermedades más extendidas hoy en día. Porque la mayoría de veces impera el deseo de encajar en un sitio sobre el deber de ser fiel a uno mismo. A su identidad. Ya que la persona que contrae este virus la pierde, esclavo del "qué dirán" y otras cosas así. ¿La medicina?. Personalidad y autoconfianza. Porque si estás en lo cierto, quienes van a conracorriente son ellos, no tú. La personalidad es algo que se construye, desde unos pilares de ideales basados en la firmeza de la verdad y el bien, a unas vigas fuertes en experiencias. Si no se cumplen estos requisitos el edificio se cae a la primera. Hay una frase que viene muy bien al caso:"Actúa según piensas o acabarás pensando según actúas". Sé lo que quieras ser, pero sé algo. Si eres tú mismo serás original, si no, solo un vago reflejo de lo que te rodea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

título filosófico pero texto teológico